Sobre el amor. (1)
Amar es dar lo que no se tiene. Dar lo que se tiene o de lo que se tiene no es amor, es otra cosa, no sabemos qué. El amor no se tiene, aunque poéticamente
quepa la licencia de tener mucho amor para dar, porque no es acumulable.
El amor en
su fundamento se hace: amor hay que producirlo amando.
Amar, verbo, es acción, puesta en acto.
Es la manera particular en que cada cual, cada día,
construye con su hacer cada vez, lo de siempre, nuevo, aquello que le permite pronunciar la
frase de amor al oído de ese otro que completa el diálogo de ambos.
Como puede observarse hay
ahí un doble trabajo, el que ambos hicieron para hacerse amar por el otro y el de ir
construyéndolo, paso a paso, hasta poder llegar a esa frase de amor al otro, dicha.
Amor es lo que me dieron que
yo no me podría haber dado nunca, y que por eso mismo, porque para mí era impensable,
era imposible, no existía. Y para mi solo no existía, porque no hay amor en soledad. En soledad, en la soledad no hay amor, solo hay ay.
El amor, es decir, amar, solamente
es con otro. Es una acción humana voluntaria que implica un dar y recibir, un
querer dar y un poder recibir. Es la dichosa imperfección de un quid pro quo, puesto que hay en juego un
algo voluntario que uno le quiere dar al otro por nada, porque no espera nada a
cambio, y un tomar uno lo que el otro le da, sin habérselo pedido (si me
permiten) y en ese intercambio donde cada uno toma lo que el otro le da sin
tomar al otro, donde el don hace de intermediario ahí se va fraguando el amor, de
ahí se va proveyendo de amor esa relación. De ahí surgen las palabras de amor
inventadas, los inventos del amor que viajan en las palabras, el quiero darte
este amor que estoy haciendo, que es tuyo.