El ataque de angustia, puede consistir tan solo en la
Sensación de angustia, sin ninguna representación, o puede ir unida a la de la
‘muerte’ o la de ‘locura’, puesto que la angustia en la espera (y más en la espera
angustiosa), casi siempre es latente para la conciencia; sin embargo está
constantemente al acecho, pudiendo irrumpir de repente en la conciencia y
provocar el ataque o la sensación de angustia.
Las formas que puede adoptar son casi infinitas, y
difíciles de diferenciar de la verdadera lesión orgánica.
Puede presentarse acompañado de cualquier parestesia (incómoda sensación de pinchazos, hormigueo, entumecimiento) o enlazada a cualquier perturbación funcional orgánica como la respiración, la circulación la inervación vaso-motora (dilatación, constricción, congestión), la actividad glandular (tiroides), o de la actividad cardíaca (palpitaciones) o de la respiración (disnea, o perturbaciones análogas a las del asma), o con ataques de sudor o sudor nocturno, o de temblores y convulsiones, o ataques de bulimia -a veces con vértigos-, ataques de diarrea, los terribles ataques de vértigo donde el suelo oscila, no gira, y en él se hunden las piernas, o se doblan, hasta resultar imposible continuar en pie, aunque no se llegue a caer, o puede haber un profundo desvanecimiento representando al ataque de vértigo, o el pavor nocturno -infantil o adulto que puede hasta llegar a producir insomnio.
Puede presentarse acompañado de cualquier parestesia (incómoda sensación de pinchazos, hormigueo, entumecimiento) o enlazada a cualquier perturbación funcional orgánica como la respiración, la circulación la inervación vaso-motora (dilatación, constricción, congestión), la actividad glandular (tiroides), o de la actividad cardíaca (palpitaciones) o de la respiración (disnea, o perturbaciones análogas a las del asma), o con ataques de sudor o sudor nocturno, o de temblores y convulsiones, o ataques de bulimia -a veces con vértigos-, ataques de diarrea, los terribles ataques de vértigo donde el suelo oscila, no gira, y en él se hunden las piernas, o se doblan, hasta resultar imposible continuar en pie, aunque no se llegue a caer, o puede haber un profundo desvanecimiento representando al ataque de vértigo, o el pavor nocturno -infantil o adulto que puede hasta llegar a producir insomnio.
El ataque de angustia es infinitamente variable, y por
eso hablamos de estados larvados de angustia. Sin embargo es característico que
el paciente en su queja, frecuentemente deje sin mencionar esa sensación de
angustia o la aluda ligeramente como malestar.