jueves, 19 de abril de 2018
domingo, 1 de abril de 2018
Oportunidad para psicoanalizarse
Oferta hasta Diciembre de 2018
Si está en una situación afectiva, familiar, laboral o personal, difícil, puede aprovechar la oportunidad de psicoanalizarse
una vez por semana, 150 al mes
(Puede analizarse asistiendo en persona, aquí en Jávea o por teléfono o por vídeo conferencia -Skype-) y puede concertar la cita llamando al 677 42 48 65
¿ESTOY FÓBICO?
Si está en una situación afectiva, familiar, laboral o personal, difícil, puede aprovechar la oportunidad de psicoanalizarse
una vez por semana, 150 al mes
(Puede analizarse asistiendo en persona, aquí en Jávea o por teléfono o por vídeo conferencia -Skype-) y puede concertar la cita llamando al 677 42 48 65
¿ESTOY FÓBICO?
"No puedo soportar ser curado por alguien que no sea yo mismo". Lo mismo se puede decir cuando se trata de educar y cuando se trata de gobernar. Educar, gobernar y psicoanalizar, son tres tareas imposibles, teniendo en cuenta que imposible no es del orden de lo no posible sino de lo que no cesa de no suceder, puesto que cuando sucede el sujeto hace de cuentas que lo hizo solo, o bien que ya había sucedido antes de suceder, por eso que son tareas interminables, tareas para toda la vida.
Ni la salud ni la inteligencia son del orden del tener, sino que se producen, se hacen entre varios, mientras que la enfermedad y los fracasos son propuestas de la mente, son hechos solitarios, son hechos que podemos hacer solos.
Es por eso que las neurosis en general, y las fobias en este caso, son hechos mezquinamente solitarios, lo cual no quiere decir que los que enferman de ello sean culpables, porque ellos no sabían que su destino era padecer una fobia, sino que simplemente ellos no querían saber nada de otra cuestión, no que-rían saber que no hay ninguna persona en el mundo, ni siquiera su mamá, que lo pueda todo, y que siempre es necesario que haya otro, aunque no lo pueda todo, incluso aunque sea un "idiota".
Encerrado en su fobia se protege de su propio deseo, encerrado en su propio espacio psíquico cree que el mundo, que los otros, se mueven por superpoderes, que hacen y deshacen, que lo pueden todo. Y que alguien o que todos "lo puedan todo" es semejante; es un estado donde "mi propia carencia es la fuente de tu omnipotencia". Entrega su carencia, subsume su impotencia, su invalidez, para mantener en el horizonte la existencia de la omnipotencia.
El impotente, el que se siente inferior, el que se cree un estúpido, se encuentra con la misma facilidad en otro momento, en el otro lado: se cree omnipotente, superior a los demás, o más inteligente que ninguno.
¿Estoy fóbico? ¿Tengo miedo a algo que nadie más tiene miedo? ¿Entro en angustia siempre por la misma puerta, ante la misma situación u objeto? ¿Padezco de miedos en plural o de un miedo singular? ¿Lo fobia estructura para mí un espacio vital particular, me hace vivir en mi "patio" particular? ¿Tengo miedo a ser devorado, absorbido, convencido, invadido, colonizado por las ideas de algunos otros? ¿Me produce intensas y desagradables sensaciones corporales? ¿Siento que estoy solo de los demás, solo de otro determinado? ¿Un acompañante fóbico me permite no entrar en la situación fóbica?
La fobia también puede ser una solución obsesiva, como la denominada fobia social, o un síntoma obsesivo como el estreñimiento (no puedo salir de mí mismo), o bien puede ser un síntoma histérico, como una fobia por algo que a todos los seres humanos les produce miedo y que en este caso es un miedo mayor que en el común de los mortales, como la fobia a la oscuridad, a los accidentes después de haber estado implicado en uno, etc. o bien una repugnancia excesiva respecto al motivo aparente.
Enfermar es un proceso y curar es otro proceso, ambos tienen su instante de comenzar y su momento de concluir, de ahí la importancia de comenzar, de iniciar, hacer un acto tal que el sujeto es otro sin dejar de ser el mismo.
Todo comienzo, cualquiera que sea el comienzo, conlleva, necesita de la angustia, esa temporalidad que concierne al sujeto en su relación consigo mismo, y después del acto se abre un tiempo nuevo, tiempo del sujeto deudor, del sujeto culpable de haber nacido, de haber nacido una vez más.
Cuando no se entra en el acto de comenzar, cuando no se puede tolerar la angustia necesaria, cuando no se quiere saber nada de eso, el sujeto quedará atrapado en esas carreteras secundarias sin carretera principal, o bien llegará a dar sus primeros pasos en esa nueva temporalidad y la culpa lo sacará de su destino de caminante con muerte asegurada, con una muerte que sólo alcanzará por el camino más largo, el camino de la vida.
¿Estoy fóbico? Quiere decir que era un caminante que caminaba sin mirar atrás y sin mirar hacia delante, porque sabía que presente, pasado y futuro se articulaban cada vez y de forma diferente, sin embargo un día quiso saber, y "querer saber" es la condena del neurótico y lo que condena al sujeto a la neurosis.
Cuando quiere saber sobre su futuro entra en el deseo prevenido de la fobia, cuando quiere saber sobre su pasado entra en el laberinto del deseo imposible del obsesivo o en los jeroglíficos del deseo insatisfecho de la histeria.
Y la entrada ha sido clausurada, no se puede salir por la misma puerta que se ha entrado, la única salida es contratar a un psicoanalista, porque sólo un psicoanalista sabe encontrar la puerta de salida desde el interior de la transferencia.
( Amelia Díez Cuesta psicoanalista )
( Amelia Díez Cuesta psicoanalista )
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